El primer navegante que capitaneó y completó la vuelta al mundo junto a otros 17 supervivientes, Juan Sebastián Elcano, está unido a dos preciosas localidades costeras vasco-gaditanas separadas más de 1000 kilómetros: Getaria (Gipuzkoa), su lugar de nacimiento, y Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), punto de partida y llegada de su viaje.
La localidad gipuzkoana de Getaria y la gaditana de Sanlúcar de Barrameda tienen muchos puntos en común. La belleza de sus pintorescos cascos históricos volcados al mar, su tradición marinera y pesquera, su privilegiada oferta gastronómica y sus magníficos restaurantes donde degustar sabrosos pescados y mariscos, sus excelentes vinos autóctonos, el txakolí de Getaria y la manzanilla de Sanlúcar; auténticos paraísos turísticos. Y una figura histórica que comparten con orgullo, un navegante getaiarra que completó la primera circunnavegación un 6 de septiembre de 1522 con la nao Victoria, una expedición que zarpó y arribó en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda.
Juan Sebastián Elcano nació en 1476 en la localidad vasca de Getaria, dedicó sus primeros años a la vida en el mar, fruto de su fuerte carácter aventurero, en embarcaciones pesqueras, comerciales e incluso en expediciones militares, afincándose en Sevilla al finalizar una de estas expediciones, lo que le permitió alistarse en 1519 como contramaestre en la nao Concepción de la expedición de Magallanes, una de las 5 que partirían rumbo a las Indias Orientales o Extremo Oriente.
La expedición partió de Sanlúcar de Barrameda un 20 de septiembre de 1519 y hubo de soportar todo tipo de incidencias y dificultades, entre ellas la muerte de Magallanes a manos de los indígenas en Filipinas en 1521. La historia de la expedición y circunnavegación es apasionante. Ya bajo el mando de Juan Sebastián Elcano, tras doblar el Cabo de Buena Esperanza el 6 de mayo de 1522 y, tras muchas peripecias y peligros, arribaron con su maltrecha nao al puerto de Sanlúcar de Barrameda el 6 de setiembre de 1522. De los 265 hombres que salieron de Sanlúcar en cinco naves no volvieron sino diez y ocho en una de ellas. Elcano no sólo consiguió completar una aventura heroica. Gracias a su hazaña, puso fin a uno de los mitos más arraigados de la Edad Media: la creencia de que la Tierra era plana.
Elcano moriría como consecuencia del escorbuto un 4 de agosto de 1526 en aguas del Pacífico, tras haber hecho testamento, en el que dedicaba un emotivo recuerdo a su Getaria natal. Su vida aventurera solo podía tener un final trágico, como lo tuvieron sus paisanos Blas de Lezo o Cosme Damián Churruca, el primero en Cartagena de Indias y el segundo junto al cabo de Trafalgar de Cádiz.
El buque escuela Juan Sebastián Elcano, tan querido en estas tierras gaditanas, y la representación teatral que celebra su localidad natal de la llegada de Elcano tras la vuelta al mundo, amén de innumerables placas y monumentos en Getaria y Sanlúcar, nos recuerdan la figura de un personaje que hizo del mar y la aventura su razón de vivir.
Antxon Urrestarazu
Obra bajo licencia Creative Commons
Si te ha gustado este reportaje, haz clic abajo, en alguna de tus redes favoritas, para que tus amigos puedan verlo. Gracias.
Trackbacks / Pingbacks