«A todos los que, por divertirse, gozar de la frescura del verano y distraer la vista en la contemplación de hermosos paisajes y marinas, concurrieron el verano último a San Sebastian, llamaba no poco la atención un hombrecillo de mediana estatura, andar vacilante, corta y enérgica barba, brillantes ojos y bronceada color, que era como un reflejo de los desiertos africanos.»
Así se describía en la Revista Bascongada a José María Lerchundi, un vasco ilustre de Orio, una mezcla de explorador, diplomático, arabista, misionero, músico, sabio e ilustrado, que un buen día abandono su localidad para recorrer el mundo. Hijo adoptivo y predilecto de la villa gaditana de Chipiona, José Antonio Ramón Lerchundi, más conocido como José María Lerchundi o Padre Lerchundi, dejó su impronta y una gran labor social en la villa chipionera, especialmente visible en el convento franciscano y el Santuario de Regla que fundó en 1882.
ALGUNOS DATOS BIOGRÁFICOS
Nacido en la localidad gipuzkoana de Orio el 24 de febrero de 1836, pasó sus primeros años de estudios en las cercanas localidades de Asteasu y Segura. Posteriormente, a los 17 años, continuó sus estudios de humanidades a la sombra de los franciscanos en el bello Santuario de Arantzazu, donde fue su organista.
En 1860, y tras ser ordenado sacerdote en Cuenca, es destinado a Tánger, destino que compartió con otras ciudades del norte de Marruecos, donde pasaría una larga temporada , hasta 1877, dedicado entre otros asuntos al estudio de la lengua árabe.
De regreso a España, pasó una temporada en Granada y posteriormente en Santiago de Compostela, hasta que el 30 de diciembre de 1879 es nombrado Proprefecto de la Misión de Marruecos por parte del Gobierno, cargo que ocupó hasta su muerte en Tánger el 18 de marzo de 1896. Desde su cargo desarrolló ampliamente las Misiones franciscanas en Marruecos y en España, acompañando todo ello de una gran labor social, benéfica, diplomática, investigadora y docente.
De su amplia biografía quiero destacar su gran aportación a los estudios orientalistas y a la filología árabe, llegando a publicar importantes textos que le convirtieron en un reputado arabista.
LERCHUNDI Y CHIPIONA
Chipiona tiene en José María Lerchundi a uno de sus hijos ejemplares y ello es debido a dos grandes proyectos que el oriotarra desarrolló en la localidad. De un lado, la fundación del Colegio de Misiones, entre 1880-1882, en el antiguo convento agustino de Nuestra Señora de Regla, que reconstruyó completamente y cuyo objeto era la formación de misioneros para Marruecos y Tierra Santa, un convento que sería muy frecuentado y habitado por muchos vascos de la época, entre otros por Hilarión Sarrionaindía, antepasado del prestigioso escritor contemporáneo Joseba Sarrionaindia.
El segundo proyecto de Lerchundi en Chipiona tuvo también una gran resonancia: se trata de la construcción, junto al prestigioso médico y científico doctor Tolosa Latour, del primer Sanatorio Marítimo de España para niños escrofulosos, llamado de Santa Clara. La colaboración de Lerchundi fue decisiva y, si bien fue testigo directo de la colocación de la primera piedra el 12 de octubre de 1892, no podría asistir a su inauguración en 1897, al haber fallecido el año anterior. De él diría Tolosa Latour en El Imparcial: «esta fundación, quizás por ser la última, era la más querida del Padre Lerchundi. Él sacó la primera espuerta de arena, bendijo los trabajos, él animó a todos en sus desfallecimientos”.
Chipiona ha reconocido ampliamente la personalidad y las obras de José María Lerchundi, nombrándole Hijo Predilecto y Adoptivo, rotulando una céntrica calle con su nombre y erigiendo un monumento a su memoria en la explanada del Santuario de Regla.
Foto de Orio: Wikipedia
Antxón Urrestarazu Echániz
Obra bajo licencia Creative Commons
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