El 31 de agosto de 2013 se conmemoraron los 200 años de la quema y destrucción de Donostia-San Sebastián a manos de las supuestas tropas aliadas anglo-portuguesas. Un episodio trágico y violento en el marco de las guerras napoleónicas, acompañado del hecho inusual de que sean tus propios aliados quienes destrozan tu ciudad y tu vida. Pero lo que verdaderamente debemos conmemorar es el espíritu cívico y valiente de los/as donostiarras de la época que, tras el desastre, fueron capaces de afrontar la reconstrucción y transformación de la ciudad. Pocos días después un grupo de donostiarras se reunión en el caserío Aizpurua de Zubieta para hacer frente a la nueva ciudad.
La destrucción de Donostia-San Sebastián
◊“Al día siguiente se obligó a los y las donostiarras a abandonar la ciudad, muchos de ellos desnudos. Durante una semana las tropas aliadas se dedicaron a quemar las casas, una a una, excepto la última fila de edificios de la calle de la Trinidad, hoy 31 de Agosto, las iglesias de Santa María y San Vicente y el convento de dominicos, hoy Museo de San Telmo (…) Cuando los libertadores abandonaron por fin Donostia, la ciudad había desaparecido” (Y Donostia ardió. Toti Martínez de Lezea)
Las llamas comenzaron en la calle Mayor de la Parte Vieja y se extendieron por la misma entre el color negro de las cenizas de las casas y el olor a muerto en sus calles.
La reconstrucción de Donostia-San Sebastián
Días después de la destrucción, el 8 de septiembre de 1813, tuvo lugar la Declaración de Zubieta, que sentaba las bases para la reconstrucción de la ciudad. Y días más tarde, el 19 de septiembre del mismo año, el Cabildo Municipal juraría la Constitución de Cádiz, por más que aún no era vigente.
“La guerra asoló a San Sebastián. El patriotismo de sus ediles aquí congregados la levantó de sus ruínas. Benditos los hijos que salvaron a su madre”. Así reza la lápida de 1878 en homenaje a aquellas sesiones del 8 y 9 septiembre de 1813 en Zubieta, que sirvieron para afrontar la nueva vida de una ciudad asolada por los presuntos aliados.◊
Una curiosidad gaditana
Cuando visitamos las distintas exposiciones que se celebraron con motivo del bicentenario, una de las curiosidades que encontramos fue el hecho de que las primeras noticias relativas al desastre y al cruel comportamiento de los aliados ingleses las diera un periódico gaditano, El Duende de los Cafeés, un diario liberal de la época que osó hacer frente a los silencios y manipulaciones posteriores.
El 27 de septiembre de 1813 publicaba un artículo titulado: “San Sebastián destruida. Carta del brujo Mirringui Velaverde”. En él se decía entre otras cosas: “A las 4 de la tarde del 31 último tomaron posesión de la plaza las tropas inglesas y portuguesas.(…) El día 1º del que rige se apoderaron de un espíritu de furia: ultrajes, asesinatos y violación de mujeres eran cometidos por todos los puntos de la ciudad”. El 10 de octubre publicaban otro artículo titulado: “San Sebastián destruida” (ver foto)
Las aguadoras
Entre las muchas historias de la época, me quedo con la de las “aguadoras”, mujeres encargadas de transportar el agua en barriles desde las distintas fuentes donostiarras. Se cuenta que durante la ocupación napoleónica (1808-1812) estas mujeres acostumbraban a boicotear las tamborradas que organizaban los franceses cuando desfilaban en formación haciendo golpear sus barriles, de ahí la actual representación de tambores y barriles durante la tradicional tamborrada donostiarra el 20 de Enero de cada año.
Con motivo del bicentenario se celebraron multitud de actos en recuerdo de la destrucción y posterior reconstrucción de una ciudad que ha conocido varios hitos en la defensa de sus tradiciones liberales, algunos no tan lejanos en el tiempo.
Antxon Urrestarazu Echániz
Obra bajo licencia Creative Commons.
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