Podríamos afirmar que la principal peculiaridad que caracteriza a la ciudad de Cádiz es la que todas sus calles desemboquen en el mar, dada su configuración de ciudad asentada sobre un farallón. Ya el poeta y viajero francés Antoine de Latour, en su obra de 1858, La Baie de Cadix (La Bahía de Cádiz), describía a esta ciudad como: » ..una nave de piedra anclada en medio del océano ..».
Otras singularidades también características de esta ciudad son: las Torres-Miradores; los viejos cañones haciendo de guardacantones para proteger las esquinas; los balcones cubiertos con cerramientos de vidrio, a los que los gaditanos llaman cierros…, por citar solo algunas de las que ya hemos escrito en este blog.
Hoy nos hemos propuesto descubriros cinco elementos urbanos peculiares que podréis conocer en una visita al casco antiguo gaditano.
La casa Gargollo
La llamada casa Gargollo, edificio de estilo neoclásico ubicado en la calle Antonio López 4, fue construida en 1801 por el arquitecto José Gabarrón, por encargo de Luis Gargollo Munar, cántabro de nacimiento y afincado desde muy joven en Cádiz, llegando a ser un importante miembro de la burguesía gaditana. Las cuatro artísticas ménsulas de gran tamaño que sustentan el balcón principal son los elementos definitorios de este edificio que, durante años, fue sede del Banco de España, siendo en la actualidad sede de la Cámara de Comercio de Cádiz. Una replica chirigotera de estas ménsulas sirvió de cartel anunciador del Carnaval de Cádiz de 1998.
San Miguel humillando a Lucifer
En la calle San Miguel 16, esquina con Javier de Burgos (frente al Teatro de Títeres), encontraremos una hornacina con un curioso conjunto escultórico en mármol, donde la figura del Arcángel que da nombre a la calle, blandiendo su espada, mantiene inmovilizado con su pie a un humillado Lucifer de rostro desencajado. Según el arquitecto Julio Malo de Molina, el edificio donde se ubica el conjunto escultórico fue Casa de la Inquisición, donde en sus sótanos aún se conservan restos de las mazmorras.
Seis pasajes del Quijote
La casapuerta de uno de los muchos edificios gaditanos cuyos propietarios fueron Cargadores de Indias, localizado en la calle José del Toro 14, adorna sus paredes con seis pasajes del Quijote realizados con artísticos azulejos policromados.
Un ventanal gótico-mudejar
En el muro de lo que fue la casa del Deán Esteban Rajón (S.XVI), situada en el Pasillo del Padre Ventura, junto a la Casa de la Contaduría (hoy Museo Catedralicio), se encuentra un ventanal con la peculiaridad de haber sido una de las pocas construcciones que resistió indemne el saqueo anglo-holandés capitaneado por Robert Devereux, conde de Essex, y ser de estilo gótico-mudéjar, rara-avis en esta ciudad.
Farolas con los atributos del escudo de Lisboa
Un hecho en cierta manera inverosímil es que en una ciudad haya farolas con el escudo de otra y, aún más extraño, que esta otra sea la capital de otro país. La bonitas farolas que iluminan la calle Ancha tienen como adorno en su brazo-soporte un velero con su vela recogida, cofa y gallardete, así como sendos cuervos en su popa y proa, justo los atributos del escudo de Lisboa. No conocemos la causa ni tampoco la fecha de su instalación, aunque estimamos que como recoge en su blog el historiador y buen amigo de Euskádiz, Alberto Ramos Santana, se debieron emplazar en la década de los años setenta.
Fuentes:
UN PASEO POR CADIZ (Ed. bilingüe inglés-español) Julio Malo de Molina. Ediciones Mayi
Texto e imágenes de J. dos García
Obra bajo licencia Creative Commons
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