Hoy os traemos una historia realmente curiosa relacionada con la playa Victoria de Cádiz, que guarda relación con la historia de la ciudad y el asalto a que fue sometida por la flota anglo-holandesa en el siglo XVIII. Cada vez que paseamos por la citada playa evocamos aquellos acontecimientos cuando recogemos alguno de los fragmentos de sílex que fueron testigos de los mismos. Nos lo cuenta Jesús Oliden, que fue quien nos dio a conocer tan curiosa circunstancia.
El sílex (SiO2), también llamado pedernal en su variedad nodular de color negro, es un mineral de sílice. Su estructura es criptocristalina, de gran dureza (7 en la escala de Mohs). Generalmente se halla asociado con la caliza, rocas sedimentarias formadas por carbonato de calcio, depositadas en aguas profundas. Suele presentarse en forma de nódulos entre estratos de caliza. En la Provincia de Cádiz se encuentran pequeños nódulos en la sierra de Grazalema, de color marrón claro.
Por su dureza, se usó en la Edad de Piedra para la elaboración de herramientas cortantes, por su capacidad de romperse en lascas (fractura concoidea, láminas rectas con ligeras curvas) de bordes muy agudos. Dado que el pedernal produce chispas al golpearlo con otras rocas duras o con metales, también se utilizó para encender fuego. Posteriormente se empleó en las primeras armas de fuego, las armas de chispa, para iniciar la combustión de la pólvora. Esta aplicación continúa hasta nuestros días en los encendedores, aunque se ha sustituido el pedernal por barritas de ferrocerio.
Os estaréis preguntando a qué viene esto. Pues bien. La flota anglo-holandesa que asedió Cádiz en el siglo XVIII, unos episodios muy recordados en la ciudad y de los que fueron protagonistas los vascos Blas de Lezo y José de Mazarredo, utilizaba en sus armas de fuego, para producir la chispa, lo que llamaban “piedras de chispa”, que se ubicaban en una cazoleta o “llave de chispa”, lo que se producía al impacto del percutor. Estas piedras de chispa eran de sílex, o pedernal de color negro, de procedencia seguramente del sur de Inglaterra o norte de Francia. Durante su uso era fácil que se cayeran o rompieran, y se tiraban por la borda del barco.
El sílex es un mineral muy bonito, y de este tipo no lo hay en la provincia de Cádiz. Son de color negro, cristalino, con rotura concoidea y sonido cristalino al chocarlas entre ellas. En algunos ejemplares se pueden observar los sucesivos impactos del percutor. Acompañamos fotos de ejemplares recogidos por nosotros en la playa.
Como consecuencia del dragado de la canal de acceso al Puerto de Cádiz, que sirvió a su vez para la regeneración de la playa Victoria, entre los materiales del dragado, mayoritariamente arena silícea, iban restos de estas piedras de sílex.
También hasta hace poco se encontraban restos de pipas de caolín y de trozos de vasijas.
Cada vez que veo alguna me gusta recogerlas. Me parecen piedras preciosas con historia.
Os descubrimos una anécdota de la playa Victoria, que para mí es preciosa
Texto y Fotos: Jesús Oliden Rodríguez-Sánchez.
Obra bajo licencia Creative Commons
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