Acompañados de un grupo de bilbainos y pamplonicas visitamos recientemente la dehesa de ganado bravo de Núñez del Cuvillo, en el municipio de Vejer, bajo la experta batuta de nuestra guía Vicenta Molina y la mirada un tanto cautelosa de nuestra amiga Nieves, en un receso de su estancia inglesa, que aprovechó para realizar el siguiente reportaje fotográfico.
No es lo mismo visitar una dehesa gaditana de ganado bravo en pleno agosto que en primavera, cuando el torbellino de colores que te ofrece el campo te deslumbra. Pero los marrones y los colores pajizos le dan al campo un toque mágico, melancólico y algo fantasmal, un marco donde vacas y toros de distintos pelajes salpican el paisaje y se integran de manera armoniosa.
Tampoco son las mismas las tareas diarias en esta época, más centrada en apartar y preparar los lotes de toros que se lidiarán en las distintas plazas. Los sementales se toman un leve respiro que les permite engordar y recuperar energías, mientras vacas y becerros pastan a lo lejos confundidos con las altas hierbas y matojos, solo interrumpidos por alguna visita veterinaria que compruebe su estado de salud.
La dehesa
El ganado bravo en su habitat natural
La visita
Los toros de Bilbao
Fotos de Nieves Veas
Antxón Urrestarazu Echániz
Obra bajo licencia Creative Commons
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